7 enero, 2025
En la intersección de la tecnología y el Derecho, emerge un instrumento jurídico que está redefiniendo las fronteras de la autenticación y la identidad en el ciberespacio: la firma electrónica. Este mecanismo, respaldado por diferentes normativas salvadoreñas como la Ley de la Firma Electrónica, el Reglamento de la Ley de Firma Electrónica, Políticas de Certificación, entre otros; representa una de las piedras angulares en la construcción de un entorno digital que pretende ser seguro y confiable. La firma electrónica es también un testimonio de la evolución jurídica que acompaña a la sociedad de la información y la transformación digital.
Para adentrarnos en esta temática es importante responder a ¿Qué es la firma electrónica? Pues no es más que una indicación de la intención de una persona de aceptar el contenido de un documento o un conjunto de datos con los que se relaciona la firma. Al entrar en vigencia de la Ley de la Firma Electrónica se marcó un procedente sobre las transacciones y firmas electrónicas puesto que ahora tienen el mismo valor legal que sus equivalentes tradicionales, siempre y cuando cumplan con ciertos requisitos como: autenticidad: referida a la confiablidad que debe perdurar a través del tiempo; integridad: debe de tenerse la certeza de que el medio electrónico donde se ha consignado la firma no ha sido susceptible de modificación; y, la confidencialidad: en el que el usuario debe tener la certeza de que la información proporcionada será de uso exclusivo del proveedor de servicio.
En El Salvador se regulan dos tipos de firma electrónica: la primera es la simple, que comprende datos electrónicos que se adjuntan o vinculan lógicamente a un mensaje de datos o documento electrónico. Un aspecto crucial es que dichos datos tienen la capacidad de ser empleados mediante métodos electrónicos para identificar al firmante; es decir, la persona que lo suscribe o envía el mensaje de datos correspondiente, por ejemplo, el envío de correos electrónicos, cuando se utilizan servicios bancarios o de telefonías, para ello se tuvo que pasar por un procedimiento de identificación de creación de cuenta que solicita datos personales del usuario para autenticar la identidad de la persona que gozara de los servicios.
La segunda, es la firma electrónica certificada, la cual está basada en un certificado electrónico que la persona natural o jurídica debe solicitar a un proveedor de servicios de certificación debidamente acreditados por un ente rector, en el caso de El Salvador es la Unidad de Firma Electrónica, uno de los proveedores es el Banco Central de Reserva, este proveedor generará datos mediante un dispositivo seguro de creación que permitirá vincular al firmante de manera única, permitiendo la verificación inequívoca de la autoría e identidad del firmante. En el proceso de Firma Electrónica Certificada se utiliza criptografía asimétrica, es decir, cada usuario posee un par de claves criptográficas, estas claves son únicas para cada usuario y funcionan en conjunto. Clave Privada: Es una clave secreta que solo conoce el titular y la clave Pública: esta clave, en contraste con la privada, es conocida por todos y se puede compartir abiertamente. Por ejemplo, cuando una persona firma un documento de manera electrónica, utiliza su clave privada para encriptar la firma. Luego, cualquier persona que tenga la clave pública del firmante puede desencriptar esa firma y verificar que el documento fue firmado por el titular de la clave privada correspondiente. Este método asegura tanto la confidencialidad (solo el destinatario correcto puede leer el mensaje) como la autenticidad (se puede verificar quién lo envió).
Es importante destacar que la legislación ha sido estructurada con una visión de futuro, asegurando su relevancia y aplicabilidad independientemente de los avances en la tecnología y las herramientas digitales. Su implementación se llevará a cabo de manera progresiva, adaptándose a las circunstancias emergentes y a las necesidades que se presenten.
Actualmente, en El Salvador, la incorporación de la firma electrónica representa un momento decisivo. Entenderla y aplicarla correctamente es esencial para impulsar el progreso económico, fortalecer el marco legal y promover la modernización del país.
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Sobre el Autor

Lcda. Karen Yamileth Cornejo
Docente UPED
Docente tiempo completo de la Facultad de Ciencias Jurídicas - Universidad Pedagógica de El Salvador "Dr. Luis Alonso Aparicio"